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Con gases lacrimógenos y Policía Montada reprimen violentamente protesta contra el Gobierno

Manifestación se convirtió en verdadera batalla campal. Foto: Andrés Ovelar.

Manifestación se convirtió en verdadera batalla campal. Foto: Andrés Ovelar.

La masiva protesta contra el gobierno, esta tarde frente al Congreso, fue violentamente reprimida por la policía, que convirtió al microcentro de Asunción en un campo de batalla. Nadie acierta en que fue lo que desencadenó la carga policial que dispersó a la multitud con balines de goma, gases lacrimógenos, carros hidrantes y policías a caballo. Las autoridades policiales señalan un grueso contingente de “barras bravas” que atacaron la valla policial frente al Congreso. Otras versiones señalan a infiltrados del cartismo, como los provocadores de la violencia.

Los manifestantes se replegaron primero hacia el Cabildo y a la Catedral Metropolitana. Las imágenes muestran a policías disparando balines de goma desde los corredores de la Comandancia. Los medios culpan a infiltrados del cartismo por la violencia que desembocó en la dura respuesta policial.

A estas horas continúan los disparos en el microcentro de Asunción. Las plazas del Congreso quedaron vacías y regadas de piedras y cartuchos como testimonio de la refriega. Siguen las corridas y los enfrentamientos; se reportan contenedores en llamas, y por lo menos un manifestante herido de gravedad. El blindex de la oficina de Relaciones Públicas de la Policía, detrás de la Comandancia, es destruido a piedrazos. Por todos lados se oyen sirenas, y se ve gente corriendo. “Marito, queremos tu cabeza; queremos que renuncies”, dice una señora que se cubre de los gases con una bandera paraguaya.

Por otro lado, agentes de la Comandancia de la Policía salieron a hablar con la prensa y dijeron que un grupo de jóvenes intentó pasar la valla se seguridad que rodea el Congreso, y fue en ese momento que la fuerza de seguridad decidió reprimir.

La convocatoria fue pacífica

La convocatoria ciudadana realizada a través de las redes sociales bajo el hashtag #YoEstoyParaMarzo2021 se materializa a estas horas en una masiva protesta contra el gobierno de Mario Abdo Benítez, como respuesta a una crisis sanitaria en el peor momento de la pandemia de coronavirus.

La gente inunda las calles las calles aledañas al Congreso, desde la Catedral y hasta 14 de mayo, donde está atrincherada la policía para impedir que los manifestantes puedan continuar por Paraguayo Independiente hasta el Palacio de Gobierno.

El ambiente es tranquilo, la gente desborda de energía. No hay miedo, ni violencia. Tampoco hay escenario, ni sonido, solo el cántico masivo pidiendo la renuncia en pleno del gobierno encabezado por Abdo Benítez. No hay banderas de partidos ni movimientos políticos, solo la tricolor enseña y pancartas que denuncian la corrupción y la impunidad. Las redes registran en tiempo real la marcha de la protesta.

“Estamos cansados en serio que nos tomen el pelo. Yo no puedo escuchar un solo discurso de nuestro presidente, es patético; estoy harto”, dice un hombre de unos 30 años, que por la vestimenta parece haber llegado a la marcha desde la oficina. “Se tienen que ir, esto ya no se soporta más”, agrega una señora que lleva una niña de la mano.

“Creo que no hay palabras, no es una cuestión solamente de la pandemia; estamos hartos de la corrupción, de los robos, que no haya transparencia”, dice una chica de 19 años, estudiante universitaria.

“Yo estoy presente porque en verdad ya estamos cansados. Si ellos saben que no están haciendo bien las cosas tienen que salir. Yo como ciudadano le perdono a Cartes y Abdo pero tienen que renunciar. Tenemos que darle sentido a nuestra bandera”, afirma un muchacho que dice venir de la Chacarita.

“Son una mierda, nos endeudan, nos empobrecen; estamos cansados de estos corruptos; se tienen que ir todos ya mismo; ¡Fuera! ¡Viva Paraguay!”, grita una señora.

La convocatoria contra el gobierno se volvió masiva frente al Congreso. Foto: Twitter

La movilización se realiza en medio de un fuerte dispositivo de seguridad, con cientos de antimotines y carros hidrantes. Los uniformados tienen blindada la sede del Parlamento, en un despliegue que alcanzó también al local del Partido Colorado, donde más temprano manifestantes que bajaban hacia el Congreso animaron una bulliciosa protesta.

Al mediodía, Abdo Benítez hizo un último intento por descomprimir la crispación social y desactivar la protesta, y le pidió la renuncia a su ministro de Salud Pública Julio Mazzoleni, en el ojo del huracán de la crisis del sistema sanitario, y luego que el Senado le hubiera bajado el pulgar el jueves. La salida de Mazzoleni del cargo, no alcanzó para aplacar el descontento y ahora una marea humana le pide a Abdo Benítez que abandone la Presidencia.

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