Editorial
La paz debe primar en el Paraguay

El Gobierno debe evitar que el caos y la anarquía se apoderen del Paraguay. La anomia es un estado de desorganización social como consecuencia de la falta o la incongruencia de las normas. El concepto hace referencia a la ausencia de reglas. Las consecuencias de la anomia van desde la inadaptación a las normas sociales hasta la trasgresión de las leyes y las conductas antisociales. Es exactamente lo que sucede actualmente en el Paraguay, estamos en estado de pleno desprecio al cumplimiento de las normas y de las formas de conductas por culpa de gobernantes que actúan de manera indolente.
El sociólogo francés, Émile Durkheim, escribió que la naturaleza humana necesita una autoridad que le ponga límites (normas, convenciones), puesto que su ausencia puede llegar a ser destructiva para el propio individuo. Los ciudadanos, al sentir que las normas bajo las cuales viven carecen de sentido de justicia y equidad, dejan de respetarlas porque consideran que han perdido sentido para ellos. Los gobernantes de nuestro país y, específicamente las instituciones que tienen a su cargo dirigir el aparato de seguridad, parecen haber perdido el rumbo en este sentido.
Esta semana otro secuestro, ocurrido en el departamento de San Pedro, enluta nuevamente a una familia en el Paraguay. El grupo criminal Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) se atribuye el hecho. Con horas de diferencia se registró en Concepción un intento de robo a una avioneta donde asesinaron a un policía y otro agente quedó herido, los delincuentes quisieron quedarse con el dinero destinado al salario de funcionarios de una empresa privada. Mientras todo esto sucedía, el ministro del Interior no estaba en país. Esto demuestra cómo los organismos que tienen a su cargo la seguridad de la ciudadanía entregan a la población a su merced.
Como si todo fuera poco, representantes de la Iglesia aprovecharon la festividad religiosa más importante para los católicos del país, para plantean el incumplimiento de leyes y que los delitos tengan menores sanciones, sin tener en cuenta que con la invasión de propiedades se desencadenan otros delitos graves. Una sucesión de hechos que lo único que nos demuestra es que estamos a la deriva en cuanto a gobernabilidad y expuestos ante la delincuencia reinante.
A raíz del incumplimiento de las leyes estamos en un espiral de violencia e impunidad por falta de sanciones efectivas y oportunas. El cumplimiento de las normas adoptadas por la sociedad tiene que ser la regla y el incumplimiento tiene que ser una excepción y debe ser sancionado; pero si la regla es el incumplimiento estamos en un estado de anomia absoluta que indefectiblemente terminará con la paz en el Paraguay.
D.D.W-S
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