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Crispación política y social, ¿resta entusiasmo por las Fiestas Patrias?

De edificios y calles, barrios residenciales enteros, teñidos de la tricolor en años anteriores, esta ocasión se registra muy pocas banderas izadas o, al menos, flojamente colgadas en ventanales, postes, murallas y paredes. Foto: Twitter.

De edificios y calles, barrios residenciales enteros, teñidos de la tricolor en años anteriores, esta ocasión se registra muy pocas banderas izadas o, al menos, flojamente colgadas en ventanales, postes, murallas y paredes. Foto: Twitter.

Nos encontramos a puertas de un nuevo aniversario de la independencia de la República del Paraguay, 212 años de aquellos 14 y 15 de mayo de 1811 en que valientes próceres se sublevaron al yugo español y lograron así imponer nuestras costumbres, tradiciones e identidad para instaurar una nación libre y soberana. Estas fechas resultan motivo de fiesta en todo el territorio nacional. No obstante, en las calles y en la sociedad en general se detecta un deprimido sentimiento patrio, afectado claramente por el escenario poselectoral y la situación económica en general.

El país se encuentra atravesando por momentos delicados, colmados de crispación política y social, producto de un agitado escenario montado por las elecciones pasadas, que estuvo fuertemente marcado por manifestaciones en todo el país, deleznables hechos de violencia y otros sucesos que fueron focos de la atención nacional. La denuncia de supuesto fraude electoral, principalmente impulsado por el polémico político Paraguayo “Payo” Cubas, terminó por manchar un proceso electoral que registró una participación histórica y que se esperaba que fuera una gran fiesta cívica donde la transparencia y la efectividad del sistema electoral tendrían que ser los protagonistas.

Los cierres de rutas, piquetes y llamados a manifestación en varios puntos del país acapararon la atención de la opinión pública durante los primeros días de mayo, enturbiando el ambiente social y los ánimos de la población que, de hecho, se encuentran muy apagados a raíz de la situación de inseguridad reinante, debilitada economía familiar, entre otros factores que adolece la sociedad.

Sin mucho brillo

Este conjunto de condiciones terminó por desalentar el sentimiento nacional ante la cercanía de las Fiestas Patrias que, naturalmente, obligan a los compatriotas a enaltecer los símbolos patrios y celebrar por la salud de la República gracias a la independencia. Según el termómetro social que pudo percibir El Nacional, al menos en capital y Área Metropolitana, se detecta un sentimiento patriota opaco, sin mucho brillo, lejos de la energía incandescente que nos acostumbran estos días de gran relevancia.

De edificios y calles, barrios residenciales enteros, teñidos de la tricolor en años anteriores, esta ocasión se registra muy pocas banderas izadas o, al menos, flojamente colgadas en ventanales, postes, murallas y paredes. El bullicio típico de estas fechas, con el fervor de la entonación del Himno Nacional o de piezas musicales históricas que levantan el sentimiento patriótico, se siente un poco relegado. El silencio se vuelve más presente.

Si bien también se tiene programado un importante contingente de actividades por las Fiestas Patrias, principalmente organizadas por las entidades públicas en el marco de su obligación legal, estas parecen no prender la adherencia de la ciudadanía, la cual igualmente se encuentra claramente desanimada, principalmente por la acuciante situación económica y la inflación que cada día remarca aún más los precios de la canasta básica en las góndolas de los supermercados.

Movimiento económico por Día de la Madre

Durante el viernes, en la víspera de los feriados, se detectó un gran movimiento de personas y vehículos en las principales zonas comerciales de cada ciudad, principalmente debido a la llegada de un fin de semana largo que acostumbra al cierre de negocios y también a la conmemoración del Día Internacional de la Madre, el 15 de mayo, fecha simbólica también de gran significancia.

Lo positivo a destacar resulta el movimiento económico, a pesar de los bolsillos golpeados de la gente, que se registra en los locales, centros comerciales y veredas que fueron aprovechados por trabajadores para tratar de comercializar todo tipo de productos en concepto de regalos para las madres. No obstante, el contraste resulta muy grande cuando se nota la ausencia de los vendedores ambulantes de banderas paraguayas y de escarapelas en los cruces semafóricos, plazas y otros espacios públicos.

La ciudadanía en general refleja un ánimo por el suelo, con expectativas muy bajas con respecto a los resultados de las elecciones, pero con la esperanza de que las nuevas autoridades electas puedan otorgar, en un golpe de suerte o de gesto genuino y desinteresado, señales de cambios positivos para el Paraguay.

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